Senadores tucumanos canjean sus pasajes aéreos y terrestres por efectivo

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El «tráfico» de pasajes oficiales para que viajen los senadores nacionales fue motivo de la presentación de un recurso de amparo de la ONG «Poder Ciudadano». Según la organización, el 96% de los legisladores que representan a las provincias en la Cámara alta canjea sus boletos (tanto aéreos como terrestres) por dinero, a un valor inferior que el de mercado. 

 La práctica cruza todo el espectro político, y tanto oficialistas como opositores adhirieron a ella. En un artículo publicado hoy por el diario «Clarín», se consigna que -por reglamento- cada senador dispone mensualmente de 20 pasajes aéreos y 20 terrestres, pero 69 senadores (sobre el total de 72) decidió canjearlos por dinero. 

Los datos abarcan el período comprendido entre enero de 2012 y junio de 2013, por lo que no contemplan la actual conformación de la Cámara. De aquella época sólo queda un senador que no canjeó pasajes: el salteño Juan Carlos Romero, del Peronismo Federal, quien renovó su banca en las últimas elecciones. Los otros dos que usaron sus pasajes para trasladarse a la Capital ya cumplieron su mandato: el kirchnerista Fabio Biancalani y el radical Roy Nikisch, ambos de Chaco. 

Entre los 35 que cambiaron más pasajes hay oficialistas, como la tucumana Beatriz Rojkés, el chubutense Marcelo Guinle y el neuquino Marcelo Fuentes; y opositores, como el pampeano radical Juan Carlos Marino, el santafesino Rubén Giustiniani (FAP-UNEN) y el puntano del PJ disidente Adolfo Rodríguez Saá, entre otros, como la riojana Teresita Luna, la misioneraSandra Giménez, la chubutense Graciela Di Perna y el formoseño José Mayans. 

Algunas situaciones pueden explicarse porque los legisladores no necesitan recorrer largas distancias para llegar al Congreso, como es el caso de los bonaerenses Aníbal Fernández yMaría Laura Leguizamón y de los porteños con mandato cumplido Daniel Filmus (FPV),Samuel Cabanchik (ProBaFe) y María Eugenia Estenssoro, de la Coalición Cívica. 

Un caso aparte es el del rionegrino Miguel Ángel Pichetto, que tiene miedo de las alturas. El jefe del bloque K cambió todos los boletos de avión, pero no los de micro. 

Si se suma todo el ingreso generado por ese canje de pasajes, la cuenta da $ 160.800 al año, aunque el valor de cambio es inferior a lo que cuestan si uno los compra en la aerolínea o en la boletería de la empresa de micros (está fijado por decreto, que estipula $ 550 pesos por cada boleto de avión y $ 240 por los de micro). 

El canje no es ilegar, aclara Poder Ciudadano, pero advierte que los pasajes son sumamente necesarios para que los legisladores realicen sus tareas. La pregunta que dejan en el aire es: ¿si no viajan en aviones o micros de línea… cómo se trasladan a la Capital desde sus provincias?.

 

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