El hechizo justo llega a los cines, ¿Por qué ver «Maléfica»?

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Prueba de que las princesas ya no convencen y hasta aburren, Disney rasquetea las ollas mágicas de su repertorio de leyendas y convierte a una popular villana en heroína. En tiempos de antihéroes y excitante incorrección, la bruja mala de La bella durmiente -relato consagrado por Perrault y los Hermanos Grimm, llevado por Disney al cine en 1959- llega con nombre propio a la pantalla grande en tiempos de espectacularidad visual, aprovechando su lado más gótico, cool y vengativamente sexy.

 Maléfica suena así a oportuna vuelta de tuerca para un universo aún afable (y una usina histórica que viene pifiándola en la taquilla), pero aun así hay que reconocer lo irresistible de los avances, que muestran a una tenebrosa y cornuda Angelina Jolie como un emblema femenino de la maldad y la revancha sin límites, finamente vestida de negro, más cerca de Gatúbela que de la desgarbada y agria Maléfica del filme animado.

Dirigida por Robert Stromberg, debutante en el banquillo pero así y todo veterano diseñador de efectos especiales, ganador de dos Oscar y colaborador de filmes como Avatar y Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton, Maléfica supone no sólo un prometedor filme para toda la familia, sino una cinta familiar con todas las letras, en la que los Jolie-Pitt se involucraron a fondo. Jolie, además de protagonista, es productora ejecutiva y en parte responsable del diseño de vestuario y estética de la película, e incluyó a su hija Vivienne Jolie-Pitt -de cinco años- en el proyecto, que hace de la pequeña princesa Aurora en el filme (la versión adolescente la interpreta Elle Fanning, y el príncipe Felipe es Brenton Thwaites). Según su madre, por un problema de casting: los niños huían llorosos y asustados al ver en persona a la temible Maléfica y sólo la cómplice Vivienne, que sabía que detrás del traje estaba su madre, se aguantó el reto.

Mala eres

Recordemos el mito: decepcionada por no haber sido invitada a la celebración por el nacimiento de Aurora, Maléfica aparece de súbito en la fiesta y dispara aquella maldición que los niños conocen como un pérfido mantra: cuando Aurora cumpla los 16 años, se pinchará el dedo con el huso de una rueca y morirá. Después de los años y de varios sucesos que cuenta la leyenda y reproduce el dibujo animado, Maléfica cumple por un rato su cometido, para después caer vencida –convertida en dragón- por la espada del príncipe Felipe, el único que puede revivir a la Bella durmiente con su beso.

Maléfica retoma la ancestral historia pero lo hace desde la perspectiva de la hechicera, revelando sus desconocidos orígenes, que explican el porqué de su obsesiva tendencia a la venganza, una amargura serial surgida de una remota y certera traición. Antes de las bolas de cristal, las selvas de espina y su compinche cuervo Diablo, Maléfica era encantadora y bella, una joven con unas excéntricas y atractivas alas negras, nativa de un apacible reino boscoso al que un día tiene que defender de un salvaje ataque humano.

Es entonces cuando es traicionada y su corazón se convierte en piedra, y en ese momento también empieza su cruzada contra los nuevos reyes del lugar, los que se proclaman padres de la recién nacida Aurora, hija de Maléfica. A pesar de su despiadada maldición contra la niña, la ahora injustamente llamada villana presiente que es en la princesa en donde recae la salvación del bosque. Moraleja sobre ambigüedades morales y con aires de tragedia clásica, Maléfica muestra el lado humano de un personaje para siempre estigmatizado.

No sorprende, entonces, que la encarne Jolie, abanderada de los pobres y marginados globales, que suma tres hijos adoptados del tercer mundo –de Camboya, Etiopía y Vietnam- y que recientemente abogó en Cannes por la liberación de las mujeres nigerianas secuestradas por el grupo islamita radical Boko Haram. «Maléfica es una suerte de antihéroe de la exclusión», dijo Jolie, asumiendo la nobleza no reconocida (hasta ahora) del personaje de fábula. Y añadió: «Cuando siente que se sobrepasaron con ella o alguien la hiere, dice ‘Muy bien, ¿se quieren meter conmigo? Pues ya verán'».

«Las princesas me parecen sosas. En cambio Maléfica parece pasársela de lo lindo», agregó divertida Jolie, sabiendo que ella misma es una princesa de la realeza hollywoodense que puede divertirse por un rato, jugando a ser sin culpas la mala de la película; y de paso haciéndolo por una buena y altruista causa, la de convertir –como por obra y acción de un cinematográfico conjuro- a una dama avinagrada en una vibrante heroína dark.

Maléfica

Acción, aventura

EE.UU., 2014. Guion: Linda Woolverton y John Lee Hancock. Con: Angelina Jolie, Elle Fanning, Sharlto Copley. Duración: 97 minutos. Apta para todo público.

 

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