Bolsonaro da a Guaidó apoyo político con una recepción informal en Brasilia

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«No escatimaremos esfuerzos dentro de la legalidad y de nuestra tradición para reinstaurar la democracia en Venezuela», proclama el presidente de Brasil .

El venezolano Juan Guaidó llegó a Brasil en un avión de las Fuerzas Aéreas colombianas, pero durmió en un hotel. Esta “visita personal” a Jair Bolsonaro –así fue oficialmente definida, solo a última hora ha sido incluida en la agenda oficial del presidente–, pero luego compareció con él ante la prensa en el Palacio de Planalto, sede de la Presidencia. Brasil busca el equilibrio entre dar apoyo político al que reconoce como presidente interino y legítimo de Venezuela sin concederle honores de jefe de Estado. “No escatimaremos esfuerzos dentro de la legalidad y de nuestra tradición para reinstaurar la democracia en Venezuela”, ha declarado Bolsonaro junto al venezolano.


Guaidó ha insistido en reclamar “elecciones libres y el cese de la usurpación del poder”, en referencia a Nicolás Maduro y la cúpula chavista. “Para rescatar la industria, hay que rescatar la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho”, ha insistido antes de criticar “el falso dilema entre guerra y paz. Todos queremos la paz”. Aunque Estados Unidos, el principal respaldo de Guaidó junto a Colombia y Brasil, insiste en que a la hora de abordar la crisis venezolana “todas las opciones están sobre la mesa” –como reiteró durante años respecto a Irán y a su programa nuclear–, el Grupo de Lima descartó expresamente el uso de la fuerza en su última reunión.

El venezolano ha reiterado que regresará a Venezuela “en los próximos días” sin precisar más. El viernes viaja a Paraguay en un intento de que la apuesta para echar a Maduro del poder que representa no pierda fuelle.

Guaidó también se ha reunido en Brasilia con los embajadores de 25 de los países de la Unión Europea (UE) antes de ver a Bolsonaro y a su canciller. A los diplomáticos de la Unión les ha insistido en la necesidad de una salida pacífica, una solución pactada y, a corto plazo, en la formación de un nuevo consejo electoral que organice unos comicios, según han informado fuentes diplomáticas de la UE en Brasilia. El presidente de Brasil ha insistido en que no reclama “solo elecciones, sino elecciones libres y confiables”.

Pulso en el Gabinete brasileño

Los constantes cambios en la agenda de la fugaz visita de Guaidó –la comparecencia era originalmente en Exteriores, un escenario de menos nivel–reflejan las tensiones dentro del propio Gobierno de Brasil sobre cómo afrontar su figura y, en general, la crisis del país vecino. El vicepresidente, Hamiltón Mourão, y el ministro de Exteriores, Ernesto Araujo, encarnan las dos almas. Mourão, un general retirado que fue agregado militar en Caracas, apadrina un abordaje más templado. Desde luego sin recurrir a la fuerza. “Para nosotros la opción militar nunca fue una opción. Brasil siempre ha apoyado las soluciones pacíficas de cualquier problema que ocurra en los países vecinos”, declaró el lunes en Bogotá tras la reunión del Grupo de Lima. El vicepresidente siempre ha defendido que el líder chavista, Nicolás Maduro, debe ir al exilio. Araujo es un trumpista más partidario del alineamiento con Estados Unidos para restaurar la democracia en Venezuela, con la que Brasil comparte 2.100 kilómetros de una frontera que lleva seis días cerrada.

La llegada de Bolsonaro, un durísimo crítico del chavismo y de todo lo que huela a izquierda, ha supuesto un cambio muy profundo en la relación con la Venezuela chavista y no ha dejado pasar la ocasión de recordarlo con un embate a sus predecesores: “Hago aquí un mea culpa de que dos expresidentes de Brasil fueron en parte responsables de lo que está sucediendo en Venezuela hoy en día”, ha dicho en referencia a Lula da Silva, encarcelado por corrupción, y a Dilma Rousseff, ambos de Partido de los Trabajadores. “A esa izquierda le gustan tanto los pobres que acabó multiplicándolos, y los igualaron por abajo”, dijo adoptando el lenguaje que más le alaban sus seguidores.

El presidente de Brasil visitará Israel además de Chile y EEUU

Con esta visita al líder ultraderechista brasileño, Guaidó pretende mantener el impulso que le dio ante sus compatriotas y ante la comunidad internacional su intento de introducir por las fronteras alimentos y material sanitario. Pero la iniciativa resultó un fracaso. Estados Unidos, sobre todo, pero también Colombia y Brasil donaron suministros, los llevaron hasta las fronteras pero los de Guaidó no pudieron sortear el bloque impuesto por Maduro e introducirlo en territorio venezolano. El intento supuso la muerte de cuatro venezolanos a manos de las fuerzas de seguridad, tensión fronteriza, Maduro rompió relaciones con Colombia y las 800 toneladas de ayuda siguen en los almacenes.

El presidente de Brasil tendrá un marzo muy viajero. Bolsonaro irá a Israel en visita oficial desde el 31 de marzo hasta el 4 de abril, según ha informado este miércoles el Ministerio de Exteriores israelí. El ultraderechista devolverá al primer ministro Netanyahu en víspera de las elecciones generales israelíes la visita que este hizo a Brasil con motivo de la toma de posesión del brasileño. Bolsonaro, que tiene un fortísimo respaldo de los grupos evangélicos más proisraelíes de Brasil, fue bautizado en el río Jordán en 2016. Antes, el mandatario tiene previsto ir a Chile en su primer viaje oficial -para enfado de Argentina, el destino tradicional—y a Estados Unidos para ser recibido por Donald Trump en la Casa Blanca.

Fuente: EL PAÍS

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