Asesinan a un chico en una fiesta clandestina

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Las fiestas de adolescentes convocadas por Facebook pusieron en alerta a esta provincia por el descontrol y los fatales desenlaces que provocan. El más reciente se produjo en la madrugada del domingo pasado en el centro deportivo Flor de Cuyo, en Godoy Cruz, cuando Fernando Mora, de 19 años, murió tras recibir una balazo, aparentemente, a manos de un integrante de una banda que intentaba ingresar en el predio. Hasta ahora no hay detenidos por el caso.

 Como en 2012, cuando en otra fiesta convocada por las redes sociales un chico de 19 años fue asesinado de un tiro por un policía que había llegado al lugar luego de que vecinos llamaran al 911 para denunciar ruidos molestos y desmanes, otro encuentro juvenil clandestino terminó en tragedia y dejó al descubierto la falta de controles estatales: no existía la habilitación municipal correspondiente, el lugar fue alquilado por una menor de 17 años, asistieron más de 200 personas, se cobraba entrada y se vendían bebidas alcohólicas.

El fiscal que lleva la causa, Horacio Cadile, quien sigue tomando declaraciones testimoniales, apunta a un grupo de chicos de la capital provincial, quienes habrían iniciado la riña en la puerta de entrada al club. La bala, de un revólver calibre 22, impactó en el cuello del joven, le atravesó la garganta y quedó alojada en el cráneo, lo que le provocó la muerte en el acto. Mora no tenía antecedentes policiales y al momento del ataque se encontraba con los hermanos de Oscar Alejandro Ordóñez, asesinado en febrero pasado en el barrio La Gloria, según informó el diario mendocino El Sol.

Una hipótesis apunta a que la banda de la capital tiene entre sus miembros a un menor del barrio La Gloria enfrentado a los Ordoñez. Oscar había fallecido de un balazo cuando se tiró sobre dos chicas y les salvó la vida. Ahora, la muerte, tal vez por error, le llegó a Mora en una multitudinaria fiesta ilegal. Nada se pudo hacer, a pesar de los intentos por reanimarlo camino al hospital Luis Lagomaggiore. Es más, según las fuentes judiciales, otros chicos resultaron con heridas por los fuertes golpes recibidos: incluso hubo un joven que recibió un «cachazo» en la cabeza.

La falta de seguimiento y de vigilancia oficial a este tipo de convocatorias ha generado que se multipliquen, se masifiquen y se adviertan más irregularidades en los eventos, lo que significa un verdadero riesgo.

«Estaba lleno de cajas de tetrabrik», contaron los investigadores, quienes aseguraron que el lugar había sido alquilado por una chica de 17 años para celebrar una fiesta de 15.

Hace dos años, otro joven, Franco Díaz, también de 19 años, murió de un disparo efectuado por un policía, luego de que vecinos alertaran a la fuerza de seguridad de una fiesta clandestina en el barrio Sardi, de Las Heras, convocada por Facebook. Denunciaban que la celebración se había tornado molesta por los gritos, ruidos, fuerte música y jóvenes bailando en los techos. El uniformado, Walter García, que efectuó el disparo con su pistola 9 milímetros, fue condenado a prisión perpetua.

ONCE JÓVENES ASESINADOS

Con la muerte de Mora ya son 11 jóvenes asesinados en Mendoza desde fines del año pasado. Eldiario mendocino Los Andes explicó que el número de chicos ultimados en los últimos meses responde, según el Ministerio de Seguridad local, a «enfrentamientos entre bandas o, en algunos casos, a ajustes de cuentas» y son pocos los hechos que han sido esclarecidos. En ese contexto se cuela el flagelo del narcotráfico, que tiene entre sus víctimas cada vez a más jóvenes.

 

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