Máxima emocionada, recibió los restos de las víctimas del avión derribado en Ucrania

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Dos aviones con los restos de las víctimas del presunto derribo del avión comercial de Malaysia Airlines cerca de Donetsk llegaron hoy a la base aérea de Eindhoven, en el sur de Holanda, procedente de Járkov, en Ucrania oriental, donde fueron recibidos por los reyes, el gobierno y sus familiares.

 

Seis días después del derribo del Boeing 777 sobre los campos de batalla del este de Ucrania, los primeros cadáveres llegaron finalmente a Holanda, de donde eran oriundos la mayoría de los 298 muertos, entre pasajeros y tripulantes, del vuelo MH17.

Un Hércules C-130 holandés con 16 ataúdes arribó seguido de un C-17 Globemaster australiano con otros 24, informó el vocero del gobierno holandés Lodewijk Hekking.

Los reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima -visiblemente emocionada-, junto con el primer ministro, Mark Rutte, y el resto del Gobierno, recibieron a los dos aviones, junto a la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Julie Bishop, en la pista de la base militar holandesa. También estaban presentes, con una emoción incontenible, cientos de familiares de las víctimas.

«Si debo esperar cinco meses a que los identifiquen, lo haré», dijo Silene Fredriksz-Hoogzand, cuyo hijo Bryce y la novia de éste Daisy Oehlers murieron en el desastre. «La espera cuando los cuerpos estaban en el campo y el tren fue una pesadilla».

Allí también ondean a media asta las banderas de las nacionalidades de todas las víctimas fallecidas en el derribo del avión comercial malasio a causa del aparente lanzamiento de un misil desde el territorio de Ucrania oriental controlado por separatistas prorrusos.

Las aeronaves fueron recibidas por un destacamento militar de la base aérea, que con sus unidades escoltando a ambos lados de los aviones y haciendo el saludo militar, y al igual que el resto de las personalidades asistentes a la ceremonia guardaron un minuto de silencio.

La banda militar neerlandesa hizo sonar el himno «Last Post», reglamentario de los ejércitos de los países de la Commonwealth para los fallecidos.

Holanda vive hoy una jornada de duelo nacional, lo que no se convocaba en el país desde 1962, cuando murió la reina Guillermina, abuela del actual rey Guillermo Alejandro, y en que se produjo un trágico accidente ferroviario en Harmelen que causó 93 muertos y 52 heridos.

Al mismo tiempo que los aviones aterrizaban en suelo holandés, las televisiones conectaron con la ciudad de Utrecht, en donde repicaban las campanas de las iglesias.

En la valla que rodea la base aérea de Eindhoven, ciudadanos holandeses colocaron flores en homenaje a las víctimas, cuyos féretros serán ubicados en uno de los hangares para después ser trasladados por carretera y en un convoy escoltado hasta la base militar de Hilversum, en el norte del país.

En Hilversum comenzará el proceso de identificación forense de las víctimas, que según avanzó Rutte podría llevar varios meses hasta ser completado.

Investigadores británicos empezaron a trabajar con un par de «cajas negras» para recuperar los datos de los últimos minutos del vuelo, en tanto las autoridades holandesas se hicieron cargo de la investigación y pidieron acceso sin trabas al lugar donde se encuentran los restos.

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